La Sociedad Rural de San Pedro emitió una nota, en adhesión al reclamo de Confederaciones Rurales Argentinas titulado “Otro fuerte golpe a los productores”.
En ella, plantean un reclamo en relación al anuncio del notorio incremento en el impuesto inmobiliario rural para el próximo año.
Este es el texto:
“El anuncio del revalúo inmobiliario 2018, con un incremento
de entre el 40 y el 75% (según el caso), tiene un costo para el sector de 4.000
millones de pesos en forma directa y sólo por este ítem, sin tener en cuenta el
efecto cascada que tendrá sobre el impuesto a los bienes personales.
Este incremento duplica, en el mejor de los casos, a la tasa
de inflación anual. Y no es cierto -al menos en lo que se refiere al sector
rural- que no se hayan actualizado desde hace 12 años ya que en la zona núcleo,
desde el 2008 a la fecha el valor por hectárea del impuesto se multiplicó por
20. Si lo cruzamos por el precio de la soja para el mismo caso, el impuesto se
incrementó un 433%.
Este aumento genera por sí solo y gracias al excesivo y
distorsivo sistema tributario al cual estan expuestos los productores, un
efecto cascada sobre el impuesto inmobiliario complementario y sobre el
impuesto a los bienes personales, en algunos casos particulares la sumatoria de
impactos hace que este aumento tenga matices de confiscatorio, si sumamos sus
resultados incrementales sobre la tributación total llega a comprometer un 30%
del beneficio de la producción.
Pero aún todos estos argumentos demuestran por lo menos una
falencia importante y es la de no saber cómo se compone la rentabilidad del
productor.
Los productores agropecuarios saben que no se puede
trasladar la incidencia de impuestos a los precios, que se rigen por los
precios del mercado. Si se incrementan los impuestos en base a la inflación
está suponiéndose que los precios de los productos están siguiendo esa
dinámica, lo cual es una afirmación incorrecta para las producciones.
Si se revalúa tomando un incremento promedio del 50% de una
única vez, sin un escalonamiento que permita reacomodar el sistema productivo,
el golpe va directo al bolsillo del sector y le quita capacidad de reinversión
a todos y en algunos casos la imposibilidad del pago, con las consecuencias de
punitorios. Los tiempos biológicos tienen una dinámica que no parecen entender
los entes recaudadores.
La situación y la oportunidad del aumento para el sector
tampoco son los mejores. Hoy tenemos 6 millones de hectáreas bajo el agua,
caminos imposibles, lotes que no se sembrarán o dejarán una parte sin hacerlo
por falta de piso (eso sí todos pagarán el impuesto como si se hubieran usado
en su totalidad) y además el fuerte impacto del aumento del gasoil en los
costos de producción, Si sumamos este golpe inmobiliario, esto representará
para los campos ganaderos 7,5 kg de ternero por hectárea, y los agrícolas 2,3
qq por hectárea. El productor pequeño y mediano será el más afectado en esta
situación.
El gradualismo en las cuentas fiscales, y la provincia de Buenos Aires no es la excepción, lo siguen pagando los productores agropecuarios”.