En el marco de una tarea conjunta entre la Universidad Nacional de Rosario y el Museo Paleontológico de San Pedro, fue hallado el primer fósil de un ejemplar de surubí que habitó la prehistoria de nuestro país.
El equipo fue dirigido por el Dr. Luciano Brambilla, de la casa de estudios santafesina.
El relevamiento activo comenzó en las barrancas del río Carcarañá, en busca de fósiles pertenecientes al Pleistoceno tardío.
Estas tareas, que se realizan navegando el río de forma paciente y metódica, permiten visualizar los fósiles desde el agua, lo que posibilita tener un mejor acercamiento y localización de las piezas.
Además esto permite a los investigadores recorrer mayores extensiones en busca de fósiles.
En los sedimentos presentes en la zona, al igual que en el resto de la región pampeana, los restos de peces son extremadamente escasos, debido a que generalmente poseen huesos cartilaginosos o de baja consistencia, lo que hace muy difícil su preservación en el tiempo.
El equipo del Museo Paleontológico de San Pedro, conducido
por el Sr. José Luis Aguilar, ha descubierto peces de diferentes familias que,
aún hoy, habitan las aguas del Paraná.
Los relevamientos efectuados han aportado restos de las
familias Characidae (dorados, etc.), Doradidae (armados, etc.) y Pimelodidae
(bagres, etc.).
En el marco de esta tarea de cooperación conjunta se logró
recuperar el cráneo parcial de un siluriforme que aún no ha sido identificado a
nivel de especie; además de piezas dentales, maxilares y escamas muy bien
preservadas de un dorado fósil.
Este fósil de surubí fue hallado en las barrancas del río
Carcarañá, en un tramo que pasa por el distrito de Oliveros, provincia de Santa
Fe, cerca de su desembocadura en el rio Paraná.
El material corresponde a la porción anterior del techo del
cráneo (neurocráneo) y posee una longitud de17 cm y un ancho de 6 cm y se
infiere que el tamaño del animal al que perteneció podría equivaler al de un
surubí actual de entre 10 a 15 kg.
La pieza, cuya antigüedad se estima entre los 50.000 a
100.000 años, fue encontrada en sedimentos de origen fluvial, de color marrón
rojizos, arenosos, con presencia de mica, que han quedado expuestos por la
erosión natural del río Carcarañá. Este fósil apareció junto a restos de otros
peces, además de partes de la coraza ventral de una tortuga de agua dulce. Esta
asociación permitiría suponer que se trata de un sector de depósito de un
antiguo cauce de río.
El fósil presenta un buen estado de conservación que
permitirá a los investigadores observar y analizar diferentes detalles que
posibiliten individualizar la especie a la que perteneció el ejemplar.
“Es probable que el fósil hallado pertenezca a alguna de las
especies de surubí que todavía viven en el río Paraná y si así fuera, nos
permitirá seguir su historia biológica a lo largo de un lapso de tiempo
considerable”, opinó Damián Ibarra (UNR), quien trabaja en la determinación de
la especie.
El conocimiento actual que se tiene sobre los peces fósiles
del Pleistoceno de Argentina es escaso si se lo compara con el conocimiento
sobre los animales terrestres. En este contexto, este primer registro de un
surubí prehistórico es un hecho destacable, ya que este tipo de materiales
permiten inferir condiciones climáticas pasadas y seguir posibles cambios en la
región a través de la fauna ictícola; así como también, conocer la evolución de
las especies de nuestros ríos a lo largo del tiempo, sobre todo, de aquellas
cuyos restos fosilizados son muy difíciles de obtener, como es el caso de estos
peces.
El hallazgo del fósil de surubí permite certificar la presencia de estos destacados peces en el rio Paraná al menos desde finales del Pleistoceno hasta la actualidad.