Las autoridades de la empresa “Polo Industrial S.A.”, responsable del proyecto para la construcción del hotel “Azahar spa” espera por los resultados de una causa caratulada como “estafa”, por severas irregularidades y faltante de materiales durante la obra.
Un informe publicado hoy por "Somos Noticias" permitió conocer detalles del avance de la causa, que podría tener mayores novedades en los próximos días. Sumas millonarias y posibles implicancias políticas asoman de los primeros datos públicos.
La denuncia fue formulada el 30 de Diciembre de 2014, aunque fechada el 12 de Enero de 2015. La causa, iniciada con la Instrucción Penal Preparatoria 16-01, lleva el número 000115/15.
En principio, la investigación recayó en la UFI 7, a cargo de la Dra. Gabriela Ates, aunque tras su suspensión fue derivada a la UFI 11, cuya titular es la Dra. Viviana Ramos.
Los letrados Gustavo Bosco y Carlos Alberto Cruz, en representación de la firma que conduce Carlos Fera, adjuntaron múltiples pruebas a lo largo de los años, en relación a los hechos cometidos en el inmueble ubicado en Máximo Millán y Maestro Reyna.
En particular, la primera imputación recae sobre los arquitectos
Alberto Raúl Antoliche y Jorge Oscar Santiago. Antoliche, como Director
ejecutivo de la obra, era el encargado de dirigir, coordinar y controlar cada
detalle.
Entre otros aspectos, tenía bajo su mando el contralor de la
labor de los subcontratistas y la provisión, destino y uso de materiales,
máquinas y herramientas.
Tras el abandono de la obra por parte de ambos
profesionales, la empresa advierte distintas irregularidades. Entre ellas, la
falta de entrega de mercaderías y serias anomalías constructivas.
Por tal motivo, decidieron solicitar pericias e informes técnicos,
que confirmaron los llamados “vicios” en el proyecto, la dirección de obra y la
construcción. Además de la necesidad de ejecutar doblemente algunos aspectos
del proyecto, lo más grave fue el millonario faltante de materiales.
Las primeras pesquisas permitieron determinar diferentes
tipos de maniobras defraudatorias, que configuran la carátula inicial de “estafa”.
Entre ellas, el uso indebido y desvío de materiales, herramientas y equipos
hacia otros destinos, la compra de materiales inadecuados y la comisión de
actos fraudulentos en cuanto a la compra y uso de materiales.
La pericia e informe técnico permiten verificar un exceso en
la compra y aplicación de diversos materiales, como arena, grava, ladrillos o
piedras.
En el caso del hormigón, se llega a niveles insólitos. La pericia,
que se realiza contrastando el ingreso de acero para la construcción de
varillas, permitió determinar un exceso de 1500 m3 de hormigón, que servirían
para construir dos edificios como la “Torre del Sol”, ubicada en Mitre y San
Martín. A un costo estimado actual de 3.000 pesos el metro cúbico, el defalco o
robo sería de 4,5 millones de pesos.
Una situación similar se produjo con la tosca. En este caso,
no se sabe el destino de 6 mil metros cúbicos de ese material, con un valor
aproximado actual de 6 millones de pesos.
A todo esto debe sumarse que las deficiencias en la
construcción, por la colocación de materiales que debieron cambiarse o aspectos
de la obra que tuvieron que modificarse, suman alrededor de 24 millones de pesos.
Desde “Polo Industrial”, se solicitaron reiteradamente
indagatorias a los presuntos implicados, no solo en el control y manejo de la
obra, sino también en quienes podrían ser destinatarios de los materiales
sustraídos.
Testimonios aportados a la causa dan indicios del posible desvío
de esos materiales a obra pública o hasta proyectos individuales dentro del
partido de San Pedro.
Por tal motivo, los abogados de la empresa que
pertenece al grupo Maxiconsumo pretenden que se considere a los implicados dentro
de una asociación ilícita, cuyos alcances aún no trascendieron públicamente.