El detenido empresario Enrique Blaksley realizó en los últimos años múltiples inversiones que van desde la producción de arándanos en San Pedro hasta la construcción de campos de polo en Indonesia y Marruecos, que no llego a terminar.
Según dijeron fuentes judiciales a la agencia oficial de noticias Télam, el expediente contra Blaksley (53) por la mayor estafa en la historia argentina acumula gran cantidad de pruebas, mientras permanece alojado desde el 12 de abril en la cárcel de Ezeiza junto a exfuncionarios acusados en causas de corrupción.
La jueza federal María Servini le imputa al empresario, cuya
excarcelación fue denegada el jueves, haber formado parte de “una organización
destinada a captar sumas de dinero de distintos ahorristas/inversores, mediante
la suscripción de contratos de mutuo y contratos de inversión, ofreciendo para
ello tasas muy superiores a las del mercado”.
Según la investigación de la fiscal Alejandra Mángano y la
Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), para
atraer clientes, Blaksley -a través de su empresa Hope Funds S.A.- desplegaba
“actividades engañosas, que consistían en diversas participaciones en
emprendimientos y marcas de renombre”.
En su extensa indagatoria, el empresario admitió haber
tenido la mayoría de los bienes que le endilgan, pero dijo que se había desprendido
de casi todos ellos para pagar a sus acreedores cuando su empresa comenzó a
tener lo que llamó “un desastre administrativo”.
Por ejemplo, aseguró que tenía una participación no sólo en
el Hard Rock del barrio porteño de Recoleta sino también en los que se abrieron
en el aeropuerto de Ezeiza y en Aeroparque, pero que la vendió “en dos millones
de dólares”, según la declaración a la que accedió Télam.
Lo mismo señaló respecto de la firma de alquiler de autos
Hertz, el complejo de departamentos Antares de Nordelta, el barrio cerrado
Chacras de Pergamino, los locales de cena show Esquina Carlos Gardel y
Piazzolla Tango, el restaurante La Rosa Náutica de Puerto Madero y el centro de
eventos Auditorio Buenos Aires.
Blaksley asegura que también se desprendió de pequeños
negocios, como un establecimiento de producción de arándanos que había
desarrollado en San Pedro, y de otros bienes suntuosos: tres departamentos en
Miami, por medio millón de dólares, y un edificio en avenida Corrientes 629,
vendido según él en 7,5 millones de dólares.
Pero otras inversiones que surgen de la causa y que llaman
la atención son, por ejemplo, un emprendimiento llamado “Kamelis”, en
Marruecos, para construir un campo de polo, que según “el Madoff argentino” no
se pudo concretar y por eso lo derivó a Indonesia.
“Compramos la tierra, empezamos el emprendimiento
inmobiliario y después no pudimos avanzar más, quedando hoy de esa compañía,
Concepto Polo, un activo que es el 50 por ciento de esa propiedad que está en
Yakarta”, explicó al declarar ante Servini.
Consultado sobre la gran cantidad de bienes atribuidos al
empresario, el abogado Víctor Varone, que representa en la causa a una parte de
los ahorristas estafados, se preguntó si “alguna vez los tuvo y a quién se los
vendió”.
“¿Dónde está la plata de Blaksley? Porque para mí no es ni
pobre ni tonto”, sostuvo Varone, que puso en duda la mayoría de las
afirmaciones que el acusado realizó en su indagatoria respecto a que ya no le
queda dinero ni para pagar el colegio de sus hijos.
Para el letrado, el empresario actualmente sólo es dueño de
Verazul, un barrio cerrado de Pilar, junto al río Luján, que nunca terminó
construirse por orden de la Justicia, ya que junto a otros emprendimientos de
la zona provocó graves inundaciones como la sufrida en toda la zona de la
Basílica.
También recordó que se desprendió de Antares, donde
utilizaba un particular sistema: “Les decía a los inversores que le dieran
plata para comprar metros cuadrados de departamentos y que cuando él los
vendiera les iba a dar la mitad, pero como decía que para eso tenía que vender
todo, nadie recibió nada”.
Varone también expresó sus dudas sobre las casi 30
sociedades y propiedades que figuran adquiridos por Hope Funds en Panamá y
sostuvo que “a cada departamento en realidad lo compran 50 personas, es una
fantasía”.
“Blacksley no quiere que lo vinculen con los Panamá Papers,
pero reconoce que armó las sociedades con Mossack Fonseca, no se entiende”,
agregó el abogado acerca del estudio jurídico mencionado en esa investigación
sobre ocultamiento de bienes y evasión impositiva a nivel internacional.
En el expediente también se investiga si el empresario tiene
sociedades abiertas en Nueva Zelanda, Singapur, España y Suiza porque habría
movimientos de dinero hacia esos países.
Al declarar, aseguró que no hacía negocios allí, aunque sí que abrió una sociedad Hope Funds en Suiza con la intención de internacionalizar la compañía, actualmente con cientos de pedidos de quiebra.