El nuevo Coordinador de Políticas Socioeducativas de la región, Alan Ocampo, envió una carta documento a la ex concejal Cecilia Vásquez, luego de que ésta publicara duros cuestionamientos a través de las redes sociales.
Vásquez había recordado, tras la designación de Ocampo, la denuncia que obraba en su contra por presunta falsificación de firmas, en el que fue sobreseído. Ocampo le exigió que diera de baja la publicación, al considerarla "falsa" e "injuriante", perjudicando su buen nombre y honor.
La dirigente no solo no se retractó, sino que en su respuesta, hecha pública en las últimas horas, habla de "los pueriles términos" utilizados por el ex referente socialista, y ratifica sus expresiones, con la salvedad del vocablo "condena", a probation, por considerar que "técnicamente no resulta este término adecuado...".
Sin embargo, no se privó de mencionar que, si bien no quiso decir que "fue condenado" cometió "un delito por el que fue perseguido penalmente, proceso que no concluyó con una declaración judicial de certeza, debido a que usted como todo un cobarde y advenedizo, eludió así, evitando esclarecer los hechos que le imputaron, mediante la utilización del dispositivo procesal de suspensión de juicio a prueba".
Acto seguido, considera que "no es un digno político, ni tiene estatura moral alguna para ser funcionario público".
Pero Vásquez fue todavía más lejos, al señalar: "Tampoco el intendente ha hecho reproche alguno a mis críticas", y que "sí bien sabía que usted se convirtió en su acólito alcahuete", desconoce "que tenga mandato alguno para representarlo y asimismo porqué motivo hace tan fanfarrioso alarde de su adhesión a la gestión política municipal – una cuestión netamente colectiva y social - en una interpelación donde afirma que resultó vulnerado su honor personal e íntimamente individual".
Como cierre, la dirigente espera "le quede bien claro, cual es mi parecer sobre usted y, las demás personas de su calaña", y espera "ansiosamente el acto procesal de emplazamiento que me ha prometido, que no tenga a su vez, la actitud poco varonil de incumplir a su promesa con una dama".