Julio Simonini y José Luis Aguilar, integrantes del Museo Paleontológico de San Pedro, encontraron el pequeño hocico de un fósil de 100.000 años, correspondiente a un marsupial ya desaparecido.
"Sus dientes están muy gastados, lo que sugiere que se trató de un individuo senil, de edad muy avanzada" informaron desde el Museo.
Las características de su dentición sugieren que perteneció a un pequeño marsupial (animales que completan su desarrollo en una bolsa o marsupio que posee la madre) con preferencias carnívoras, muy probablemente asignable al género Lestodelphys; con molares comprimidos antero posteriormente, con crestas largas, con la zona de machaque muy angosta.
El fósil descubierto en San Pedro, de tan sólo 21 milímetros de largo, perteneció a un ejemplar de una talla mayor a la especie viviente Lestodelphys halli (comadrejita patagónica); y según las primeras apreciaciones se encuentra en el rango de los ejemplares más grandes conocidos de la especie fósil Lestodelphys juga.
Lestodelphys es un género ocasionalmente registrado en la Región Pampeana, vinculado a los momentos más fríos y secos de las épocas glaciarias ocurridas durante el Cuaternario.
En la clasificación y revisión del fósil participaron la Dra. Analía Forasiepi, investigadora del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales de Mendoza (IANIGLA-CONICET) y el Dr. Francisco Goin, del Museo de Ciencias Naturales de La Plata.
El Dr. Goin, opina que “uno de los rasgos más claros para distinguir a los marsupiales (el grupo de mamíferos vivientes que incluye al ancestro común de las zarigüeyas, los canguros y todos sus descendientes) de los placentarios (el grupo de mamíferos vivientes al cual pertenecemos nosotros) es la presencia en los marsupiales de tres premolares y cuatro molares, tal cual se observa en el material fósil de San Pedro.
En los Didelphidae, familia a la que pertenecería el diminuto animal hallado, los molares presentan dos partes funcionales: una para el corte (al accionar las crestas cortantes de los dientes homólogos superiores e inferiores) y otra para el machaque (al encastrar las cúspides en las depresiones)”.
Según consideraciones de la Dra. Forasiepi, “es un animalito muy interesante y entiendo no se corresponde con ninguna de las especies que habitan actualmente en la región.
Comparando con las especies pequeñas de marsupiales vivientes en la zona o en las áreas geográficas vecinas el fósil de San Pedro no concuerda con ninguno de ellos. Y es mayor que la especie Lestodelphys halli , una especie de estirpe patagónica ocasionalmente registrada en provincia de Buenos Aires, vinculada a los momentos más fríos y secos de las épocas glaciarias y con medidas cercanas a las observadas en la dentición de la especie fósil Lestodelphys juga. Especie con el rango de tamaño del material descubierto ahora en San Pedro”.
Los investigadores sostienen que “respecto a Lestodelphys juga (un candidato interesante para la comparación con el marsupial de San Pedro), la especie es conocida mayormente por su dentición inferior. Tan solo cinco especímenes poseen dentición superior, por lo cual existe una larga discusión sobre la validez de esta especie. El estudio del material de San Pedro podría, eventualmente, contribuir a aclarar esta problemática.
Es un animal peculiar que seguro arrojará información interesante. Hasta tanto hemos podido constatar, no se corresponde con ninguna de las especies que habitan actualmente en la región”.
Desde el Museo Paleontológico de San Pedro comentan que “el hallazgo de este marsupial representa una excelente oportunidad para conocer a los pequeños mamíferos que habitaron la región junto a grandes bestias como los armadillos gigantes o los grandes perezosos terrestres. Estos frágiles fósiles son extremadamente raros ya que, al ser de animales con huesos tan débiles y delgados, se pierden y no se fosilizan. El hallazgo de este pequeño animal se suma a otras 60 especies que el Museo ha descubierto en la zona en los últimos 20 años”.