Armando Espíndola, el paciente sampedrino contagiado de hantavirus, regresó durante el fin de semana a su casa, luego de recibir el alta médica en la clínica de Morón en la que estaba internado.
"La verdad que estoy muy contento, me estoy curando. Los médicos solamente me dieron resposo. Estuve muchos días en cama, sin comer, me cuesta mucho, porque no puedo moverme mucho solo" indicó, en declaraciones a La Radio 92.3.
Consultado sobre su estado de salud, explicó: "Creo, por lo que me dijeron allá, que estoy bien, gracias a ellos. Si hubiera sido por el Hospital acá, no se dónde estaría".
Espíndola relató la forma en que se produjo el contagio y su primera atención: "Yo llegué de trabajar normalmente, y creo que a los dos días me empezó a agarrar fiebre, vómitos, dolor de cuerpo, malestar, no me podía levantar. Decidimos ir a la guardia. Me miraron, me revisaron y me dijeron que tenía llagas en la garganta. Me dieron una pastilla y la empecé a tomar, y estaba cada vez peor. No me dijeron nada de qué podía ser. Volví, me hicieron unas placas, y nada. Después se nos dio por ir a la clínica porque no aguardaba más". Fue en el sanatorio COOPSER en donde una profesional decidió tratarlo por hantavirus. Días después se pidió el traslado a un centro de mayor complejidad.
Armando trabaja en una empresa contratista de una compañía de televisión por cable en la provincia de Entre Ríos. En los días previos al contagio, estuvo trabajando en la ciudad de Concordia. "Nosotros en la calle pasamos por los campos, andamos arriba de las plantas. Por cómo me contagié, pienso que fue allá" consideró.
Ahora, tendrá dos o tres semanas de reposo, en las que deberá controlarse con médicos clínicos para seguir la evolución de los síntomas.
Con relación a la ayuda recibida del estado, y a su situación económica y social, agregó: "Nos trajeron lavandina, nos dieron un bono... se hace difícil sin trabajar".