En declaraciones a "Equipo de Radio", explicó que "en su mayoría se trataba de grillos, que tienen una reproducción muy especial, para la que necesitan calor y mucha humedad".
Los ejemplares que aparecieron en distintos barrios "eran de aproximadamente un mes, algo habitual cada cierta cantidad de años cuando se reúnen determinadas condiciones climáticas".
Además, precisó que "al ser tan chiquitos, no frontan sus patas, así que no generan ese ruido que resulta tan molesto a mucha gente".
Gutiérrez explicó que es importante no matarlos, salvo que generen complicaciones serias, porque "son insectos depredadores, que están por debajo de las arañas y resultan bastante dañinos para otros insectos, lo que permitió que, por ejemplo, los bichitos de la humedad que hubieran aparecido en esta época, no estuvieran".
