Restos de un ejemplar único de ciervo prehistórico de más de 200 mil años fueron hallados por el equipo del Museo Paleontológico en el yacimiento de Campo Spósito.
Se trata del primer cráneo conocido de una rara especie de ciervo fósil denominada "Paraceros fragilis", que vivió en la provincia de Buenos Aires durante una edad geológica denominada Bonaerense.
Desde el grupo del museo comentan que, “Es impresionante la densidad de fósiles que contiene el yacimiento de Campo Spósito, por ser un lugar pequeño. El accionar de aquel antiguo río que corrió por el lugar hace miles de años arrastró y acumuló las partes duras de la fauna que vivía y moría en ese ecosistema prehistórico. Desde su descubrimiento en 2001, este lugar ha aportado centenares de piezas a la colección del Museo de San Pedro”.
Fugaz habitante de la laguna Los restos de este ciervo fósil son extremadamente raros. Tan inusuales que a la especie sólo se la conocía por el aspecto de sus cornamentas, de sus astas. Las citas bibliográficas desde la época de Florentino Ameghino mencionan la aparición de cornamentas fragmentadas asignadas a este animal y, unas pocas, en buen estado de preservación. Un dato curioso es que su existencia en la
provincia de Buenos Aires sólo se observa en sedimentos la edad Bonaerense, un lapso del tiempo geológico que transcurrió entre los 500.000 y los 130.000 años antes del presente.
Los investigadores piensan que esto puede deberse a una distribución temporal muy acotada o a su escaso registro.
Se cree que Paraceros fue un ciervo de mediano tamaño, con astas delgadas pero largas, en relación a su desarrollo corporal.
El ejemplar descubierto por el equipo del Museo Paleontológico de San Pedro no sólo posee la rama izquierda de su cornamenta casi completa y parte de la rama derecha, sino que también conserva el 80 % del cráneo de este curioso animal.
El primero que se conoce.
El Director del Museo de San Pedro, José Luis Aguilar, explica que “Un Paraceros pesaba unos 50 kg. Algo más que un venado de las pampas (45 kg., aprox.) y menos que un ciervo de los pantanos (que alcanzan cerca de los 100 kg.) Su altura a la cruz habría oscilado entre 1,00 m. y 1,20 m.
El cráneo de este ejemplar está muy bien. Se preservó su parte frontal, las orbitas de los ojos, la cúpula y toda la parte posterior completa. El fósil ha perdido las fosas nasales y la dentición.
Paraceros fragilisEl primer cráneo conocido de la especie todo lo demás está intacto. Es mucho más de lo que se podía esperar de los delicados huesos de este animal. Desde ahora conoceremos el aspecto general de la cabeza de estos ciervos prehistóricos”.
En relación a esto último, el Doctor Nicolás Chimento, del Laboratorio de Anatomía Comparada y Evolución de los Vertebrados, del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”, opina que “la preservación de este material es justamente lo que lo hace único, ya que los restos de ciervos son comunes en las capas de más de 10.000 años dentro de la Región Pampeana pero casi siempre están representados sólo por astas incompletas.
Paraceros fragilis es una especie de ciervo de tamaño similar a un Ciervo de los Pantanos, pero con cornamentas más delgadas y de una morfología particular. El material de San Pedro proporcionará novedosa información anatómica, ya que permitirá la comparación por primera vez, de un cráneo de esta especie, con las demás especies de ciervos de la época Pleistoceno y con los ciervos actuales. De esta manera, se conocerá mejor a esta fugaz especie y se podrán obtener datos acerca de su parentezco con los demás ciervos.”