El INTA San Pedro recordó que tiene un laboratorio de miel que recibe muestras para su análisis.
Cada apiario es un lote y cada lote una miel, por lo tanto es importante no mezclarlas. Los cuadros a cosechar deben tener la miel operculada, es decir, tapada por las abejas, y sin crías.
Durante el traslado a la sala de extracción, es importante cubrir la carga con una lona. En el transcurso del proceso de extracción, controlar la temperatura del cuchillo desoperculador y la parrilla separadora de cera y miel.
El color de la miel es un factor importante para definir su precio. Las mieles claras obtienen mejor precio que las oscuras, aunque ésto no se vincula con la calidad. Los demás parámetros tienen relación directa con la aplicación de las Buenas Prácticas Apícolas y Buenas Prácticas de Manufactura. Cuando la humedad no supera el 20%, la cosecha se ha realizado con un grado de madurez adecuado. La frescura y manejo adecuado de la temperatura durante la extracción se confirman con bajo contenidos de HMF, no debiendo superar los 10 mg/kg. Si la acidez y el pH tienen valores altos, esto significa que hay deterioro, se ha cosechado de manera inmadura o “verde”, o no se taparon adecuadamente los tambores.
Esto favorece la fermentación de la miel proceso que altera su aspecto, propiedades fisicoquímicas y organolépticas. Este se observa rápidamente cuando al abrir el tambor o frasco hay espuma sobre la superficie y aroma a alcohol, característico de los fenómenos fermentativos.
Actualmente el Laboratorio está trabajando con las 30 muestras que participan en el concurso “Mieles del Delta” organizado por el INTA Delta del Paraná, en la determinación de esos parámetros: color, humedad, HMF, cenizas, pH y acidez libre. Esa información resulta útil para los productores porque les permite conocer la calidad de su miel y estar en condiciones de negociar su mejor precio. Todos los interesados en hacer sus análisis, pueden contactarse.