Descubren el fósil de un bagre de 200.000 años de antigüedad

Un equipo del Museo Paleontológico de San Pedro realizó un nuevo hallazgo de gran relevancia en el yacimiento de “Campo Spósito”: el fósil de un bagre de 200.000 años. La pieza, parte del cráneo del pez, fue descubierta durante tareas de muestreo en el Bajo del Tala que realizaban  José Luis Aguilar (Director del Museo Paleontológico de San Pedro), la Dra. Analía Forasiepi (IANIGLA-CONICET) y el Sr. Damián Voglino (el primero en observar el fósil en el terreno),  Este nuevo descubrimiento refuerza la teoría de que la zona fue un río prehistórico, lo que abre nuevas perspectivas para comprender la fauna y el ecosistema de la región durante el Pleistoceno medio. El pequeño hueso, de apenas 2 centímetros, proporciona valiosa información sobre las características del curso de agua y las especies que lo habitaban.

Campaña de cáncer de piel: Detectaron más de un 20% de casos sospechosos

La campaña nacional de prevención del cáncer de piel tuvo su versión local este miércoles, con un puesto ubicado en la Peatonal del Centenario.
Con la organización de la Secretaría de Salud, ALUCEC y el Círculo Médico, la actividad contó con el intenso trabajo de las dermatólogas Mariana López Ques y Gemina Giuliodori.
154 pacientes pasaron por la carpa sanitaria a lo largo de las 9 horas de campaña, que finalizaron a las 18. 
De ellos, 33 fueron derivados al sector de cirugía del Hospital Subzonal "Dr. Emilio Ruffa" para extracción y biopsia de lesiones compatibles con cáncer de piel, no melanoma. Además, el 50% de esos pacientes presentaron daños provocados por el sol y aproximadamente el 70% no utiliza habitualmente protección solar, con excepción del período de vacaciones. 
 
 
Prevención
Durante la campaña se distribuyó folletería informativa de importancia para la prevención.
Estos son los datos más importantes:

Los lunares (o nevos melanocíticos) son comunes en todas las personas. Los nevos predominan en las zonas más expuestas al sol pero pueden localizarse en cualquier parte de la piel.

¿Cómo son los nevos?
Los nevos normales o comunes suelen ser planos o de forma redondeada, simétricos, de bordes regulares y de un tamaño menor a 5-6 mm. Algunos comienzan como una mancha y con los años toman relieve de color más claro y se ablandan. En ocasiones pueden crecerles pelos.
Algunos nevos, llamados atípicos, tienen mayor riesgo de transformarse en una forma de cáncer de piel denominada melanoma. Dermatología.


¿Qué son los nevos atípicos?
Suelen ser de tamaño mayor a 6 mm, de forma levemente asimétrica y de varios tonos de marrón rosado y ser diferentes entre sí. Predominan en el pecho y en la espalda pero pueden ubicarse en cualquier parte de la piel y tienen mayor riesgo de transformación maligna.
Habitualmente aparecen en personas con gran cantidad de nevos (más de 100) y en ocasiones los presentan varios miembros de la misma familia.

¿Cómo controlar los nevos?
Consultá a un dermatólogo ante cualquier cambio que notes en un lunar o mancha, o ante heridas que no cicatrizan.
Observá tus lunares y manchas personalmente en forma periódica, con ayuda de espejos y de otra persona.
No olvides las palmas y plantas, la región genital, el cuero cabelludo, la boca, el interior del ombligo, las axilas, etc.

¿Cómo lo prevenimos?
La forma más eficaz para prevenir el cáncer de piel es la educación: saber cómo, cuándo y cuánto exponernos al sol. El cáncer de piel es curable en la mayoría de los casos, por eso es importante hacerse exámenes propios constantes y visitar al dermatólogo por lo menos 1 vez al año como medida de prevención.

Signos más habituales que hacen sospechar un cáncer de piel
Manchas inicialmente planas rosadas o rojizas, ásperas al tacto y que se vuelve cada vez más rugosas o escamosas. Se ven especialmente en la cara, en el dorso de las manos, en el labio inferior y en las orejas.
Aparición de bultos en la piel que crecen en forma sostenida en el tiempo.
Lastimaduras en la piel que no cicatrizan a pesar de un tratamiento correcto.
Herida sangrante, costrosa, no provocada por un traumatismo previo.
Un lunar que cambia de coloración, sus bordes se vuelven irregulares, es asimétrico y crece (generalmente de tamaño superior a 6 mm).
Un lunar que pica o se inflama.

Cuidarse también los días nublados, ya que la radiación atraviesa las nubes.
Los menores de un año deben estar a la sombra con ropa liviana y sombrero, evitando el sol directo y tomando abundante cantidad de líquido para no deshidratarse. A partir de los 6 meses de vida pueden utilizarse protectores solares. No hay razón para disminuir los cuidados frente al sol al adquirir mayor edad. Si bien normalmente la piel y los lunares toman un color un poco más oscuro durante el embarazo y la lactancia, no hay que confiarse: los cambios pueden indicar un riesgo. Algunos fármacos (diuréticos, anti-inflamatorios, antibióticos, medicamentos para trastornos cardíacos, etc.) pueden aumentar el efecto del sol sobre la piel. Personas que han recibido trasplantes de órganos o quienes han realizado quimioterapia o radioterapia deben cuidar particularmente su piel del sol. Conocer la propia piel y revisarla en forma periódica. Si encontramos manchas nuevas o que se hayan modificado, consultar al dermatólogo.

Recomendaciones
Evitar exponerse al sol entre las 10 y las 16 horas.
Usar en forma habitual cremas protectoras solares que bloqueen radiación UVA y UVB, de calidad reconocida y cuyo factor de protección solar (FPS) sea mayor a 30.
No olvidar la protección solar al realizar deportes.
Aplicar en toda la piel 20 minutos antes de la exposición y renovarlo cada 2 horas con la piel seca o cada vez que uno sale del agua y se frota o se seca la zona.
Usar una cantidad generosa sin olvidar sitios como: orejas, empeines, labios, cuello, "pelada" de los calvos y tórax.
Observá tus lunares y manchas personalmente en forma periódica, con ayuda de espejos y de otra persona.
No olvides las palmas y plantas, la región genital, el cuero cabelludo, la boca, el interior del ombligo, las axilas, etc.