La familia Pérez - Toscanini, que estaba cavando los cimientos de una cochera en el frente de su casa, ubicada en Salta, entre Arnaldo y Oliveira Cezar, halló una botella de cerámica que les resultó llamativa.
De inmediato, se pusieron en contacto con el Grupo Conservacionista para tratar de profundizar en los datos que podía brindar aquel elemento.
La botella, realizada en gres cerámico, tiene un diámetro de 7,7 cm y una altura de 17 cm, ya que le falta el pico. En uno de sus laterales, cerca de la base de la botella, hay un sello identificatorio del fabricante. Se puede leer “H. Kennedy Barrowfield 37 Pottery Glasgow”.
Para conocer detalles más precisos, el grupo del Museo Paleontológico de San Pedro consultó al Director del Centro de Arqueología Urbana de la UBA, Arq. Daniel Schávelzon.
El investigador opina que “la botella proviene de una fábrica inglesa que funcionó en la localidad de Glasgow, desde 1866 hasta 1929".
Las botellas, utilizadas exclusivamente para contener cerveza, "dejaron de entrar a nuestro país entre 1915 y 1916, momento en el que se cierra su importación y empiezan a ser suplantadas por las botellas de vidrio" agregó.
"Fueron parte de la sociedad de la época, cuando la cerveza era más común que el vino. El número 37, en el sello, significa que fue de un lote de fabricación muy tardío" precisó Schávelzon. "Está hecha de un gres cerámico de alta cocción y fueron utilizadas hasta la Primera Guerra Mundial, momento en el que se descartan definitivamente” concluyó en su informe.