Rosana, la dueña de "Residencia de Luz", el geriátrico en donde se registraron hasta el momento 7 casos positivos de coronavirus, habló esta mañana a través de "Equipo de Radio".
"Están todos bien, mejorando en la clínica y el hospital, los familiares me pasan mensajes de que están evolucionando bien. Hay dos señoras que le dieron el alta y hoy esperamos a dos más" explicó.
Su familia es propietaria de una residencia en San Pedro y otra en Baradero. "Es terrible lo que pasó. Nunca pensé que me iba a tocar semejante sufrimiento" reflexionó.
Rosana habló sobre el protocolo que se siguió durante el período de cuarentena: "Desde el 14 de marzo que nosotros estamos aislados, que no vienen los hijos, que viene solamente mi marido con los insumos, los chicos de los residuos patogénicos, pero todos con extremos cuidados".
Sobre los posibles focos de contagio, agregó: "Se me produce en Baradero el inicio del COVID. Tengo una señora que trabaja, que tiene el yerno trabaja en Toyota y era positivo. A este chico le dio positivo y parecería que vino por ese lado. Ella estuvo en la residencia dos días y ahora está de licencia. La enfermera de OSDE también iba a ir y de la nada apareció que tenía, pero sus pacientes no se contagiaron".
La propietaria espera el resultado de su propio análisis, mientras continúa con el aislamiento en San Pedro. En Baradero, un testeo masivo confirmó que todos los asistidos tienen COVID 19. Tres mujeres fallecieron, aunque el resto evoluciona favorablemente.
La decisión de irse de las cuatro empleadas que estaban en la residencia al cuidado de los abuelos obligó a las autoridades municipales a aislarlas en el complejo Tiro Federal. De tal forma, Rosana quedó solo acompañada por su marido y una profesora de gimnasia.
"Suponemos que las que se fueron no trabajan más ninguna. Entonces, qué hacemos? compro equipos nuevos y parecemos astronautas, pero es suficiente? Acá Diego Lafalce me trajo de todo, y cumplíamos con todo. Y sin embargo, entró igual el virus" expresó la mujer.
Consultada sobre la decisión de las empleadas, expresó su descepción: "Me siento descepcionada, hubo un abandono de persona. El 10 le regalé 10 mil pesos a cada una para que estuvieran un poco más aliviadas y como agradecimiento. Realmente creo que ni yo ni los abuelos nos merecemos esto.
Hay que irse y dejar a una persona sola con 20 abuelos, y decir que no vuelven hasta que pase la pandemia. Ahora no voy a dejar a nadie que no sea de mi más extrema confianza y las voy a controlar por las cámaras, más que nunca. Incluso cuando denunciaron que tenían COVID era mentira. Lo que
querían era irse a su casa en Baradero y Tala".
Además, reconoció que a raíz de las condiciones económicas, no tenía empleadas en blanco durante la última etapa: "Yo no puedo dejar de darle carne a los abuelos o pollos para pagarles las cargas sociales. Me dijeron que cobran la garrafa, el IFE, la asignación..."