Roberto Bonafina, uno de los primeros sampedrinos en ser donantes de plasma tras recuperarse del coronavirus, habló sobre su experiencia, en una entrevista concedida a "Equipo de Radio".
Tras contagiarse en un sanatorio de la ciudad de Buenos Aires cuando estaba al cuidado de su padre, atravesó momentos muy duros mientras transitaba la enfermedad. La posibilidad de ayudar a otros lo movilizó particularmente, decidiéndolo a donar.
"Me contagio en el sanatorio Otamendi, en Buenos Aires, cuando fuimos dos hermanos y yo a acompañar a mi papá, al que lo operaron de un cáncer de colon. Mi papá se contagió en el mismo sanatorio. Parte de los estudios que se le hicieron para entrar es un PCR que le dio negativo, y se contagia después de la operación" explicó, sobre su nexo con el Covid. "Estuvo en terapia intensiva, después cuando lo pasan a piso lo podíamos acompañar dos días cada uno. Ahí es donde empieza con la tos, y lo tratan con jarabe. Se complicó mucho todo porque se le abrió la herida, y tuvieron que hacerle diversas curaciones. Era Covid, y nos contagiamos mis dos hermanas y yo" precisó.
Su tránsito por la enfermedad fue complejo: "Estuve una semana con fiebre en mi casa y una semana internado en el Hospital, porque me dio una neumonía. El domingo del día del padre empecé con fiebre, el miércoles me hicieron el hisopado y el sábado estaba internado. Cuando me hicieron el cuestionario me di cuenta de que no me había enfermedo nunca en mi vida. Nada te garantiza que la vas a pasar bien. Es el día de hoy que no estoy totalmente recuperado, te quedan secuelas de cansancio, de fatiga. Y hace más de un mes que pasó".
También su familia tuvo consecuencias a raíz de los contagios: "Una de mis hermanas tuvo pérdida de gusto y de olfato, pero no tuvo fiebre. Mi otra hermana, que es la que vive en Buenos Aires, no tuvo fiebre, pero le encontraron la neumonía.
Mi papá a raíz que a nosotros nos da positivo, le hacen otro PCR, le da positivo. Cuando le pusieron una vía le entró una bacteria, volvió a estar en terapia intensiva, estuvo muy grave y está en un centro de rehabilitación".
Donar para salvar
Roberto decidió ser donante desde el mismo momento en que estaba enfermo: "Era algo que ya lo tenía decidido desde que estaba internado. Yo sabía que cuando me recuperara, si podía donar iba a donar. Era lo menos que podía hacer, sobre todo en agradecimiento a todo lo que hicieron por mí, médicos, enfermeras y todo el personal del hospital".
El trámite para concretar la donación pasó por el sector de hemoterapia del Hospital: "En realidad, lo que tenés que hacer es contactarte con el servicio de hemoterapia del hospital y ellos se encargan de todo. Tuve una entrevista, me tomaron una muestra. Podés ser donante si tenés una determinada cantidad de anticuerpos. A la semana me llamaron para decirme que podía donar, y después se encargaron. Te mandan una movilidad para ir y volver. Lo único que tuve que hacer es subirme a la camioneta, ir, donar y volver".
El donante también habló acerca del procedimiento realizado: "En realidad te conectan a una máquina. Por un brazo te sacan la sangre, que entra a la máquina, que tiene una centrífuga que separa el plasma del resto de la sangre. Por un lado saca el plasma y por el otro brazo la misma máquina te vuelve a transfundir la sangre. Es un proceso que dura cuarenta o cincuenta minutos".
Roberto y Joel, otro de los primeros voluntarios, por contar con una cifra de anticuerpos suficiente, volverán a ser donantes la próxima semana.