Dos pacientes que estaban internados hasta hoy en la terapia intensiva del Hospital Subzonal "Dr. Emilio Ruffa" fueron trasladados a centros asistenciales de otras ciudades ante el colapso de la ocupación de camas por la explosión de casos graves de Covid.
Un hombre de 76 años fue derivado a la UTI del Hospital "Lino Piñeiro" de Baradero, mientras que una mujer de 75 seguirá ahora al cuidado de los terapistas del Sanatorio Antártida de la ciudad de Buenos Aires.
La sucesión de escenas vividas entre familiares, profesionales y trabajadores de la terapia hospitalaria son dramáticas. El momento por el que vienen advirtiendo desde hace meses finalmente llegó a finales de esta semana: deben decidir quién ocupa las camas de terapia, que ya no alcanzan, y quién espera por su chance, con la vida en juego.
Todo se sucedió apenas horas después de que el Director Ejecutivo de la Región Sanitaria IV, Walter Martínez, dijera a "Equipo de Radio" que "San Pedro no tiene un gran porcentaje de ocupación de terapia intensiva o internación de adultos para prender una alarma en la comunidad" y que "el sistema de salud local de San Pedro hoy en día puede responder tranquilamente a las necesidades locales, y si así no ocurriera, tenemos opciones". Pese a ello, el mismo funcionario había aportado en esa nota una noción de lo que podía ocurrir, con el ejemplo de los pacientes de Arrecifes que iban a ser derivados a Carmen de Areco: "¿Vamos a dejar que un paciente se muera en Arrecifes o lo vamos a trasladar a Carmen de Areco para que tenga una posibilidad de sobrevida? Incluso si tenemos que derivar a un lugar privado, también podremos atender a pacientes no mutualizados".
Algunos sectores tienden a relativizar la importancia de las estadísticas y hablan de un subregistro o una exageración. Pero basta con considerar qué puede ocurrir en la próxima semana si solo un 10% de los pacientes que transitan la enfermedad (entre 250 y 300) necesitan cuidados intensivos.