Piezas fosilizadas de un ejemplar de mastodonte (Stegomastodon platensis) de grandes dimensiones, fueron descubiertas por la familia Alí-Martínez de Pueblo Doyle, partido de San Pedro, mientras pescaban en el río Arrecifes, a unos 170 km al Norte de Buenos Aires.
Gustavo Martínez, Daniela Martínez y su esposo, Misael Alí (el primero en ver los fósiles), observaron algo que llamó su atención semienterrado en una capa de sedimentos aflorantes a la vera del río. De inmediato, la tarde de pesca en familia se convirtió en una aventura que los transportó a la prehistoria de la zona.
Enseguida dieron aviso al Museo Paleontológico de San Pedro y un equipo conformado por José Luis Aguilar, Javier Saucedo, Matías Swistun y Walter Parra, acudieron al llamado en representación del Grupo Conservacionista de Fósiles.
Además del enorme molar, se lograron recuperar partes de la pelvis y una escápula completa del animal.
Los restos hallados corresponden a un mastodonte, un pariente prehistórico de los elefantes actuales, que habitó la llanura pampeana y desapareció junto a otros géneros de grandes animales en la extinción ocurrida en el límite Pleistoceno-Holoceno.
Aguilar, desde el Museo de San Pedro, explica que “el orden al que pertenecieron los mastodontes y actualmente los elefantes, se originó en Egipto durante el Eoceno, con un animal llamado Moeritherium, de unos 60 cm de alto. Su cráneo era alargado y tenía unas pequeñas defensas o ´colmillos´.
Millones de años más tarde, durante el Plioceno, y luego de muchos cambios adaptativos, surge en América del Norte Stegomastodon, género al que pertenecieron algunos de los mastodontes que llegaron a vivir en tierras sudamericanas hasta su desaparición a comienzos del Holoceno.
Los mastodontes, como Stegomastodon, pertenecen a la familia de los gonfoterios (Gomphotheriidae), parientes cercanos de los elefantes actuales (familia Elephantidae) y del poderoso Mamut (Mammuthus), de colmillos enrulados, cuerpo cubierto de grueso pelo y un tamaño algo mayor.
En África y Asia los proboscídeos (como se denomina a este grupo de animales con ´trompa´) sobrevivieron hasta nuestros días en las formas de los elefantes que hoy conocemos.”
Lo más impactante del hallazgo es el enorme molar recuperado. Mide 20 centímetros de longitud, 9 centímetros en su parte más ancha y pesa 1,6 kilogramos.
Para la Dra. María Teresa Alberdi, paleontóloga del Museo de Ciencias Naturales de Madrid, estudiosa de este grupo de grandes herbívoros y colaboradora del Grupo Conservacionista de San Pedro, “realmente es un diente estupendo, una pieza sorprendente, y tanto para el Dr. José Luis Prado (Univ. Nacional del Centro) como para mí, es de un ejemplar del género Stegomastodon platensis, claramente. Nosotros consideramos que es género Stegomastodon porque no se diferencia de los restos norteamericanos y creemos que dicho género llegó de
Norte América a América del Sur y es compatible con los registros de los gonfoterios que aparecen en los yacimientos argentinos.”