El Grupo Conservacionista de Fósiles recuperó el cráneo de un roedor fosilizado en un sector de barrancas ubicado en inmediaciones del Bajo Gomila.
La pieza, de apenas 4 centímetros de longitud, está muy bien preservada, con sus series dentales intactas.
El fósil es de un roedor del género Ctenomys, un pequeño mamífero de 20 cm de longitud, y es uno de los más completos que se han descubierto en la zona.
Según informó el Grupo, el ejemplar fosilizado fue recuperado por un equipo formado por Julio Simonini, Walter Parra y José Luis Aguilar.
"A estos pequeños animales, que hoy todavía habitan ciertas regiones de nuestro país, se los conoce con el nombre común de tucu-tuco, por el singular sonido que se escucha cuando alguien se acerca a sus madrigueras subterráneas. Ese sonido es producido por el golpeo que hacen con sus patas y que utilizan como medio de comunicación entre los diferentes ejemplares de una comunidad. Son expertos cavadores de galerías que suelen alcanzar varios metros de largo", explicaron.