Las causas tramitadas por los Dres. Román Parodi, Ricardo Prati y María Eugenia Maiztegui surgen de investigaciones instruídas en las UFI 3, 4, 6, 11, 12 y 14.
El trabajo comenzó el 5 de agosto del 2020, cuando la Departamental a cargo del Comisario Gabriel Saldaña tomó conocimiento mediante tareas de campo que un hombre apodado "El Pato", de San Nicolás, estaba involucrado en la comercialización de drogas.
De acuerdo a la información recabada por personal policial, se elevó un informe a la UFI 14, a cargo del Dr. Patricio Mugica Díaz, que identifica al delincuente en cuestión como Rubén Iván Cordisco.
La primera observación de una notoria afluencia de personas en su domicilio, además del contacto con delincuentes que cuentan con frondosos antecedentes penales (incluso con condenas cumplidas en Unidades Penales), dieron el fundamento necesario para una intervención telefónica.
En las charlas y llamados telefónicos pudo determinarse lo que los investigadores definieron como "un amplio abanido de entramados delictivos, más grande que la sospechada".
En las escuchas surgieron "aprietes" a personas a las que les realizaron préstamos ilegales de dinero en efectivos para salvar negocios afectaos por la pandemia. Los deudores, en estos casos, debían devolver el dinero en dólares al valor del "blue" del día. La situación económica derivada de la pandemia y la cuarentena hicieron imposible el cumplimiento de esos compromisos. Ante ese panorama, otro grupo de personas compraba la deuda que el comerciante tenían con Cordisco, y mediante aprietes trataban de cobrarla o quedarse con el negocio.
Como derivación de la investigación, la Justicia autorizó la intervención de otros 17 números telefónicos, lo que permitió un total de 59.675 horas de escuchas.
Fue a partir de esa prueba que se pudo constatar un sinfín de delitos de estafas, piratería del asfalto, robos agravados, tenencia de armas, falsedad documental, amenazas armadas y comercialización de estupefacientes.
Apropiación de viviendas
En otros casos, la operatoria estaba montada por Cordisco y sus secuaces para la adquisición de viviendas y terrenos de personas fallecidas de vieja data, a las que mediante la utilización de "presta firmas" realizaban varios boletos de compra y venta apócrifos que pasaban de personas a personas. Una vez confeccionada toda la prueba documental, la banda se hacía de propiedades listas para escriturar, las que vendían a un precio menor del actual mercado, para luego comprar terrenos con papeles originales o vehículos, así lavando el dinero adquirido sin despertar ningún tipo de alarma.
En el transcurso de venta de las viviendas, estas no quedaban solas, sino que Cordisco dejaba personas de la misma banda viviendo en las fincas a los fines de evitar una posible usurpación, acordado con estas personas que al momento de efectuarse la venta debían retirarse sin ningún tipo de problema recibiendo a cambio un cierto porcentaje de dinero por cuidar el lugar.
El rol de Salomón
Constatada la anterior maniobra de hacerse de viviendas y terrenos, también surge de las desgrabaciones de las escuchas todo tipo de delitos en distintas jurisdicciones como San Nicolás de los Arroyos, Ramallo, San Pedro, Baradero, Arrecifes y Capitán Sarmiento.
En otras ciudades se perpetraban robos de mercadería en tránsito, o entrega de mercadería por los propios choferes de los camiones, que actuaban como cómplices.
La mercadería sustraída se depositaba en galpones a la vera de la Ruta provincial 1001, en el partido de San Pedro.
El encargado de conseguir esos lugares era Pablo Salomón, conocido en la banda con el apodo de "Fantasma", "Atrevido" o "Don Pablo".
Durante la investigación, el personal a cargo de Saldaña pone su mirada en Salomón por su fluida comunicación con Cordisco. Su rol era importante en la organización, ya que además de ser el encargado de conseguir el depósito de la mercadería sustraída o entregada, aportaba datos de personas que se desplazaban con dinero, o poseían dinero en sus domicilios por transacciones comerciales realizadas, de las que que él se enteraba.
Su accionar se ocultaba con la imagen de un comerciante del rubro de la carne. Detrás de esa fachada y entrando en confianza con sus futuras víctimas, se nutría de la información que necesitaba, se la trasladaba a Cordisco y este último se la volcaba a la banda delictual. En base a esos datos, la organización se trasladaba a San Pedro, realizando una tarea de inteligencia, observando los movimientos de sus futuras víctimas y estudiando rutas de escape, lugares de poca afluencia de transito y de personas.
Los ilícitos se cometían bajo la modalidad de grupo comando, atemorizando por su despliegue profesional a las victimas, haciéndose de dinero que luego era repartido en los integrantes que participaron del atraco.
La investigación permitió determinar que no en todos los casos eran los mismos delincuentes, y que el factor diferencial era la complejidad de cada ilícito que cometieran.
En las desgrabaciones surge que Cordisco y Salomón manifiestan "en forma clara, con poco lenguaje oculto, el movimiento en lotes de marihuana de la ciudad de San Nicolás a la ciudad de San Pedro, refiriendo ser de muy buena calidad".
Salomón, además, se encargaba de conseguir compradores de droga en grandes cantidades y buscar personas para cometer diferentes delitos. En ese punto aparece Diego Martín Acosta, alias "El Chori".
Allanamientos
Acumuladas las pruebas de los delitos, la Justicia autoriza a personal de la Delegación Departamental de Investigaciones del Trafico de Drogas Ilícitas San Nicolás, a realizar la cantidad de 27 allanamientos, 25 en la ciudad de San Nicolás, uno en San Pedro y otro en San Martin, a los fines de detener a los cabecillas de la banda criminal.
Con el fin de realizar las diligencias en forma simultánea, tomaron parte 100 efectivos pertenecientes a la Superintendencia de Investigaciones del Trafico de Drogas Ilícitas, especialistas en materia de estupefacientes y con profesionalismo de lidiar con bandas de narcotraficantes en la provincia de Buenos Aires. También participaron grupos en la especialidad de irrumpir pertenecientes a la Superintendencia de Operaciones Especiales. Cada grupo operativo estuvo acompañado por instructores judiciales, personal de Policia Judicial y personal de la Oficia de Cibercrimen.
En ese contexto, fueron detenidos Rubén Iván Cordisco (a) "El Pato", Diego Martín Acosta (a) "El Chori" y Pablo Salomón (a) "Fantasma, Atrevido o Don Pablo".
Fueron secuestrados un revolver calibre 38 largo, un revolver calibre 32 corto, una pistola 9 mm, una pistola calibre 22, cheques de diferentes entidades bancarias de terceros, 11 teléfonos que serán sometidos a pericia, dos Handy, una escopeta 16 doble caño, una carabina 22, pistolón 410, un DVR, CPU, notebook, 2 balanzas, motor fuera de borda marca Mercury 40 HP, cogollos de marihuana desmenuzada lista para la venta y documentación varia necesaria para la investigación.-
