Un equipo del Museo Paleontológico de San Pedro realizó un nuevo hallazgo de gran relevancia en el yacimiento de “Campo Spósito”: el fósil de un bagre de 200.000 años. La pieza, parte del cráneo del pez, fue descubierta durante tareas de muestreo en el Bajo del Tala que realizaban José Luis Aguilar (Director del Museo Paleontológico de San Pedro), la Dra. Analía Forasiepi (IANIGLA-CONICET) y el Sr. Damián Voglino (el primero en observar el fósil en el terreno), Este nuevo descubrimiento refuerza la teoría de que la zona fue un río prehistórico, lo que abre nuevas perspectivas para comprender la fauna y el ecosistema de la región durante el Pleistoceno medio. El pequeño hueso, de apenas 2 centímetros, proporciona valiosa información sobre las características del curso de agua y las especies que lo habitaban.
Gotas para la presbicia: el descubrimiento de Benozzi fue aprobado en Estados Unidos, 20 años después (Video)
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La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) aprobó hace pocas semanas las gotas "Viuty" contra la presbicia, que ahora podrán venderse en farmacias de ese país.
Sin embargo, lo que en los últimos días es noticia mundial se aplica hace más de dos décadas en Argentina, por iniciativa de un sampedrino.
“Es un descubrimiento argentino”, dice al diario "Clarín" Giovanna Benozzi, hija de Jorge Benozzi, ambos oftalmólogos sampedrinos y egresados de la Universidad de Buenos Aires.
Jorge fue uno de los cuatro tripulantes que desapareció en agosto de 2014 a bordo del velero Tunante II, a la altura de Río Grande do Sul, por una tempestad con vientos de 80 kilómetros por hora y olas de 8 metros.
¿Por qué un laboratorio registró en Estados Unidos una droga que ya existía en Argentina? “Viuty es similar al Método Benozzi, pero la droga es diferente. Se trata sólo de pilocarpina, que actúa a nivel del iris para que la pupila de adapte a la visión. Nuestro método suma el diclofenac, un antiinflamatorio que además estimula el músculo que mueve el cristalino”, explica Benozzi hija a Clarín.
La oftalmóloga contó que el Método Benozzi “es un tratamiento personalizado” que está patentado no sólo en la Argentina, sino en varios lugares del mundo como Estados Unidos, Canadá, Australia y Japón, entre otros.
Sin embargo, no es un producto industrial. “Estamos en proceso de desarrollo para industrializar las gotas”, agrega la experta.
Hoy, el que quiera acceder a este tratamiento en Argentina debe concurrir a alguno de los 40 oftalmólogos que integran la red Benozzi, “se les hará un diagnóstico inicial y se les recetará las gotas para la presbicia en función de su caso. Hay pacientes que usan una gota por día y otros que usan tres. También hay varias concentraciones”, cuenta Benozzi.
Las gotas se pueden conseguir hoy sólo mediante una receta magistral, por lo que su precio es variable, según el oftalmólogo y la farmacia en la que se haga el preparado. Según pudo saber Clarín, el costo mensual de las gotas puede oscilar entre los 1.000 y los 2.000 pesos.
¿Funciona? Según la oftalmóloga, ya suman 30 mil los argentinos que han sido tratados con el Método Benozzi. En su sitio web puede verse un apartado con testimonios de famosos que lo utilizaron, en el que hablan maravillas de las gotas contra la presbicia. Allí aparecen Lalo Mir, Adriana Salonia, Noemí Frenkel, Boy Olmi, Carola Reyna, Pato Etchegoyen y Karina Mazzocco, entre otros.
Giovanna cuenta cómo se le ocurrió a su padre esta invención: “Estaba haciendo investigación en Bélgica sobre el glaucoma. E intuyó que una determinada combinación de drogas que se utilizaba para esa afección podía funcionar en otra concentración contra la presbicia. Y tenía razón. En 2012 hicimos la primera publicación en una revista científica sobre el tema”.
Sobre el hecho de que el Método Benozzi todavía sea un tratamiento “de cabotaje”, la oftalmóloga explica que “presentar un pedido de autorización en la FDA requiere de mucho dinero. Pero que se haya aprobado esta droga allá es maravilloso para nosotros. Es un cambio para la oftalmología mundial”.
Según un artículo del New York Times publicado en las últimas horas, “Vuity mejora la visión de cerca reduciendo el tamaño de la pupila. Hace que la pupila sea pequeña, creando lo que llamamos un efecto de agujero de alfiler", que reduce la cantidad de luz periférica que pasa por el ojo y que puede dificultar el enfoque”, dice Stephen Orlin, oftalmólogo de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania.
Si bien al parecer hay miles de argentinos que ya tuvieron la experiencia, el hecho de que el producto no esté industrializado lo vuelve menos masivo. Un paso que a partir de la noticia que llegan de Estados Unidos y de la posible autorización de la ANMAT podría determinar que una mayor cantidad de argentinos pueda dejar de depender exclusivamente de los anteojos, para que la visión deje de estar mediada por la tempestad.