Una llamada telefónica la despertó a las 5 de la mañana del martes. Una voz masculina, que simulaba ser la de su hijo, del otro lado de la línea le hizo creer que estaba retenido contra su voluntad y en peligro. Por tal motivo, dejó una suma de dinero que le exigieron en una vereda cercana a su domicilio.
Poco después, comprobó que la plata ya no estaba en el lugar en el que lo había dejado.
Más tarde, constató que su hijo se encontraba en perfecto estado de salud y que fue víctima de un engaño.
El hecho es investigado con intervención de la UFI 11, a cargo de la Dra. Viviana Ramos.
