Descubren el fósil de un bagre de 200.000 años de antigüedad

Un equipo del Museo Paleontológico de San Pedro realizó un nuevo hallazgo de gran relevancia en el yacimiento de “Campo Spósito”: el fósil de un bagre de 200.000 años. La pieza, parte del cráneo del pez, fue descubierta durante tareas de muestreo en el Bajo del Tala que realizaban  José Luis Aguilar (Director del Museo Paleontológico de San Pedro), la Dra. Analía Forasiepi (IANIGLA-CONICET) y el Sr. Damián Voglino (el primero en observar el fósil en el terreno),  Este nuevo descubrimiento refuerza la teoría de que la zona fue un río prehistórico, lo que abre nuevas perspectivas para comprender la fauna y el ecosistema de la región durante el Pleistoceno medio. El pequeño hueso, de apenas 2 centímetros, proporciona valiosa información sobre las características del curso de agua y las especies que lo habitaban.

Descubren el cráneo de un gran perezoso prehistórico


Parte del lado izquierdo del cráneo de un Lestodonte (Lestodon armatus), fue hallado recientemente en un campo ubicado en la zona de Bajo del Tala.

El fragmento, que incluye parte del arco cigomático que formaba uno de los pómulos del animal, un sector del paladar y la serie dental casi completa, fue recuperado por el Grupo Conservacionista de Fósiles, equipo del Museo Paleontológico “Fray Manuel de Torres”.

Simonini, Parra, Martínez y Aguilar, descubrieron la pieza entre los sedimentos de un antiguo río prehistórico que el museo investiga desde hace 20 años en el campo propiedad de la Empresa Spósito SA., donde ya se han extraído numerosos fósiles que forman la colección de la institución.


Un poderoso animal 

Estos grandes mamíferos fueron parientes prehistóricos de los perezosos actuales pero con un gran desarrollo corporal. Su cuerpo estaba cubierto por un pelaje sumamente abundante y sus piernas y brazos eran robustos para soportar un peso superior a los 2.500 kilogramos.

Sus manos eran muy poderosas ya que estaban equipadas con garras gruesas y fuertes que les servían para bajar las ramas y hojas de las que se alimentaban. Seguramente, también fueron sus principales armas de defensa ante el ataque de algún depredador.

Su altura al lomo era de unos 2 metros y de su boca sobresalían unos fuertes y afilados caninos o colmillos que intimidaban a congéneres y adversarios en general.

De acuerdo a los fósiles hallados por el grupo del museo de San Pedro a lo largo de las últimas dos décadas, se sabe que fueron muy numerosos en este sector de la provincia durante la edad Bonaerense, que es el lapso de tiempo en el que más hallazgos de estos animales se producen.