Un joven con una crisis de nervios obligó a la intervención de personal policial, en un procedimiento que terminó con una agente herida.
Una llamada a la oficina de guardia de la Comisaría a través de un botón antipánico disparó la asistencia de un móvil a una vivienda ubicada en Bozzano al 390.
Los efectivos se entrevistaron con una mujer de 42 años, que informó que su hijo "se encontraba hostil". El joven comenzó a amenazar a los policías y rompió una ventana para tomar dos vidrios con los que cortó en el antebrazo izquierdo a una de las uniformadas. Poco después, se sentó al borde de la ventana, amenazando con quitarse la vida.
Una mediación permitió que desista de su actitud y sea trasladado al Hospital en una ambulancia junto a su madre. Una vez en el centro asistencial, fue asistido por el servicio de psiquiatría, cumpliéndose con las diligencias de rigor.