Descubren el fósil de un bagre de 200.000 años de antigüedad

Un equipo del Museo Paleontológico de San Pedro realizó un nuevo hallazgo de gran relevancia en el yacimiento de “Campo Spósito”: el fósil de un bagre de 200.000 años. La pieza, parte del cráneo del pez, fue descubierta durante tareas de muestreo en el Bajo del Tala que realizaban  José Luis Aguilar (Director del Museo Paleontológico de San Pedro), la Dra. Analía Forasiepi (IANIGLA-CONICET) y el Sr. Damián Voglino (el primero en observar el fósil en el terreno),  Este nuevo descubrimiento refuerza la teoría de que la zona fue un río prehistórico, lo que abre nuevas perspectivas para comprender la fauna y el ecosistema de la región durante el Pleistoceno medio. El pequeño hueso, de apenas 2 centímetros, proporciona valiosa información sobre las características del curso de agua y las especies que lo habitaban.

Descubren parte del brazo de un cachorro de perezoso gigante que vivió hace 200 mil años


Parte del brazo de un ejemplar de corta edad de un Lestodonte (Lestodon armatus), un género de perezoso gigante que vivió en la región durante el Pleistoceno, fue hallado y recuperado por el Grupo Conservacionista de Fósiles, equipo del Museo Paleontológico de San Pedro.

La pieza fosilizada fue descubierta junto a restos de otros mamíferos extintos cuyos huesos quedaron preservados en lo que fue el lecho de un río prehistórico, durante la edad Bonaerense. La mecánica del lugar ha permitido la preservación de las piezas óseas, brindando la posibilidad de estudiar un conjunto importante de especies cuya vida se desarrolló hace miles de años atrás.


Un joven de 200.000 años 

Desde el Grupo Conservacionista de Fósiles, explican detalles del hallazgo: “El húmero de un Lestodonte adulto mide entre 50 y 60 cm de largo, mientras que el hueso fósil hallado en San Pedro mide tan sólo 33 centímetros. Si se tiene en cuenta que un adulto de este  género medía cerca de cuatro metros de largo y unos dos metros de altura a la cruz, el ´jovencito´ descubierto debió haber andado en el orden de los 2 a 2,50 metros de longitud y alrededor de los 1,20 metros de alto.

Estos animales tenían brazos poderosos, con fuertes garras y potente musculatura. Sus garras no sólo le servían para enganchar ramas y hojas de las que se alimentaban, sino que eran su principal arma de defensa. Se han hallado ejemplares con uñas de hasta 25 cm de longitud.

En el caso de esta cría, su húmero no conservó el cóndilo proximal, es decir la cabeza que articula con el omóplato o escápula, justamente por la corta edad del ejemplar y el hecho de que siendo joven, ese cóndilo aún no estaba ´soldado´ al resto del húmero.


Es un hallazgo sumamente valioso ya que al tratarse de un animal en pleno desarrollo corporal permitirá, en futuros estudios, conocer detalles sobre el ritmo de crecimiento de estos grandes mamíferos herbívoros”.

El Dr. Luciano Brambilla, del Centro de Estudios Interdisciplinarios de la Universidad Nacional de Rosario y colaborador del Museo Paleontológico de San Pedro, comenta que: “A partir de un primer análisis se puede determinar que se trataba de un animal juvenil en pleno desarrollo. Aunque no era un recién nacido, aún le quedaba mucho por crecer y desarrollarse. Lestodon era uno de los perezosos terrestres más grandes que habitaron Argentina y Uruguay, pudiendo alcanzar los 4 metros de largo en su tamaño adulto, con un húmero de aproximadamente 60 cm de largo. En comparación, el fósil hallado en San Pedro mide aproximadamente la mitad de esta talla. Se cree que Lestodon estaba posiblemente asociado a una vida relacionada a los cuerpos de agua y los estudios más recientes han identificado posibles diferencias entre los adultos machos y las hembras de esta especie extinta. Por lo tanto, es importante conocer los estados intermedios de desarrollo para poder seguir ampliando el conocimiento sobre ella”.