Los trabajos de refacción de la Plaza Constitución resultaron una buena oportunidad para sumar conocimiento a la historia de San Pedro, de primerísima mano. El trabajo conjunto entre la Municipalidad de San Pedro y el Grupo Conservacionista de Fósiles dio como resultado la recuperación de diversos elementos detectados en el subsuelo de la plaza.
Una primera revisión realizada en junio, ya había aportado objetos vinculados a la vida diaria de la sociedad sampedrina de la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX. Ahora, con la exploración de la explanada frontal, aparecieron ruinas y más objetos.
En los últimos días, con el trabajo de las máquinas abocadas a la renovación del veredón ubicado frente al pórtico principal de la iglesia, quedaron al descubierto cuatro basamentos de las columnas que nunca llegaron a construirse, en el frente del templo.
Las bases son de alrededor de un metro por un metro y están hechas de ladrillos cocidos, ligados con cal, arena y barro.
Estas zapatas fueron hechas para un proyecto de iglesia algo mayor a la que conocemos, aunque las desavenencias presupuestarias y otros desencuentros del momento, hicieron que la construcción sufriera recortes en su magnitud y las cuatro bases quedaran sepultadas, hasta hoy, bajo la explanada en el frente del edificio.
La Secretaría de Turismo y Cultura, la Secretaría de Obras Púbicas y el Grupo Conservacionista de Fósiles abordaron la necesidad de preservar dichas estructuras y adecuarlas para que se destaquen como un punto de interés que realce aún más el frente de la iglesia mayor.
La idea consensuada con el Municipio, propone quitar unos centímetros del sedimento que rodea a cada base para que tomen relieve en el suelo y, luego de terminado el veredón proyectado para el lugar, vidriar e iluminar cada uno de los cuatro basamentos descubiertos; colocando en las cercanías, una referencia histórica destinada a los sampedrinos y visitantes que recorren el lugar, diariamente.
La prospección realizada por el Grupo Conservacionista permitió descubrir y recuperar numerosos elementos vinculados a la construcción del edificio.
En la franja de terreno cercano a la pared frontal de la iglesia, se encontraron: numerosos clavos de diferentes tamaños, de sección cuadrangular, típicos del siglo XIX, usados en los andamios de madera que se armaron para levantar las paredes; una cuchilla de garlopa y un formón (ambas, herramientas de carpintero); una antigua alcayata de hierro forjado perteneciente a algún tipo de abertura, similar a lo que hoy llamamos “bisagra”; una manija de hierro, tal vez perteneciente a algún balde de albañilería; restos de chapones; tachuelas de hierro y fragmentos metálicos indeterminados. Todos elementos vinculados a la construcción.
También elemento de uso cotidiano como: un herraje, posiblemente perteneciente a un antiguo baúl; un dedal de cobre; fragmentos de pocillos de loza con ornamentaciones; un anillo o argolla de pequeño tamaño; un botón de cobre posiblemente perteneciente a una prenda de vestir de talla pequeña; una botella de vidrio antigua; un perdigón de arma de fuego y otros fragmentos indeterminados.
Con respecto al conjunto de elementos, consultado el Arq. Daniel Schávelzon, Director del Centro de Arqueología Urbana de la Facultad de Arquitectura (UBA), opina que “es un lindo conjunto de objetos pertenecientes a un claro contexto de siglo XIX. El botón de cobre es una hermosa pieza y la botella hallada es de fabricación inglesa, de primera mitad de los años 1800, de vidrio soplado, hecha con una pasta de baja calidad, con burbujas de aire en su interior y de distribución muy irregular. Típica de mediados de siglo XIX”.
La munición de arma de fuego hallada fue revisada por el Prof. Osvaldo Gatto, uno de los mayores especialistas en armas antiguas del país y fabricante de réplicas de armas de toda época. En su opinión expresa que “debido al calibre de la munición encontrada, se puede suponer que cualquier mosquete, trabuco o pistola de la época podía ser cargado con varios de esos perdigones y dispararlos. Solían ponerse varios dentro de un mosquete y salían 10 o 12 municiones como si se tratara de una gran escopeta”.
Al respecto, hay que recordar que en un sector de la plaza, se dio una escaramuza de armas entre unitarios y federales que, seguramente, dejó este tipo de elementos dispersos.
En breve, este conjunto podrá ser visitado en la Sala de Audiovisuales Historia Reciente del Museo Paleontológico de San Pedro. Desde el grupo del museo se agradece la predisposición y acompañamiento del Municipio y de la empresa encargada de la obra en Plaza Constitución. En el mismo sentido, se agradece la colaboración técnica de Ignacio y Kevin Desanzo para llevar a cabo las tareas en el lugar.