Dos pequeños huesos correspondientes a dos géneros de aves que habitaron la zona hace unos 1.000 años atrás, fueron hallados por el equipo del Museo Paleontológico de San Pedro en Campo Spósito.
Se trata de un húmero derecho de una gallareta (género Fulica) y el extremo distal de un tarsometatarso de una cuervillo de cañada (género Plegadis) que se extrajeron de una capa sedimentaria de color negro, cuya antigüedad para la zona norte de la provincia de Buenos Aires está estimada entre los 900 y 1200 años, aproximadamente.
Una de las aves es un registro único para el Holoceno de Argentina.
Desde el Grupo Conservacionista de Fósiles, equipo fundador del Museo Paleontológico de San Pedro, comentan que “Estas aves, que habitan la región en la actualidad, prefieren ambientes acuáticos o sectores cercanos a cuerpos de agua donde nidifican y se desarrollan con normalidad.
La capa donde fueron halladas es muy rica en materia orgánica, con muchos restos de vegetación en descomposición que le da un color oscuro, casi negro. Fueron barros con poca oxigenación donde se preservaron tanto restos de animales y plantas, como rastros de alfarería de antiguos grupos humanos que poblaron la zona.
Debido a que sólo existe un ejemplar fósil de cuervillos de cañada (una de las aves halladas) para el Pleistoceno de Argentina, la pieza recuperada en San Pedro, con sus 1.000 años de antigüedad, se convierte en el primer registro para el Holoceno de nuestro país; completando un vacío existente hasta ahora en la secuencia del género Plegadis”.
A criterio del Dr. Jorge Noriega especialista del Centro de Investigación Científica y de Transferencia Tecnológica a la Producción (CICYTTP - CONICET) “Las gallaretas o pollas son aves acuáticas, principalmente palustres, que cuentan con una amplia distribución mundial y con una gran diversidad de especies en Sudamérica. Pertenecen a la familia Rallidae y al género Fulica; con seis especies que actualmente habitan en la Argentina. Sus hábitats preferidos son los cuerpos de agua con vegetación palustre; juncales o cañaverales. En nuestro país, sus formas fósiles se conocen desde el Pleistoceno tardío de la provincia de Buenos Aires.
Tienen un plumaje predominantemente negro, aunque generalmente presentan escudetes o decoraciones frontales y maxilas muy coloreadas. Sus alas son relativamente cortas y redondeadas y su capacidad de vuelo no las ubica entre las mejores voladoras, a pesar de la destacada longitud del húmero”.
El Dr. Federico Agnolin (LACEV-MACN-CONICET), otro investigador de aves fósiles con quien interactuó el Museo de San Pedro en este hallazgo, comenta que “Los cuervillos forman parte de un grupo de aves que incluyen a los ibis y espátulas. Si bien se los encuentra en cualquier laguna a lo largo de casi todo el mundo, sus restos fósiles son muy escasos. Y para Argentina se desconocen totalmente. Es por eso que todo hallazgo de estas aves, es de especial importancia. Los cuervillos se distinguen fácilmente por sus patas largas y delgadas y especialmente por su pico largo y curvo que utiliza para capturar los pequeños invertebrados que forman parte de su dieta. Este hallazgo de restos de cuervillos nos señala la existencia de ambientes posiblemente lagunares, en la zona de San Pedro, hace unos 1000 años de antigüedad”.