Descubren el fósil de un bagre de 200.000 años de antigüedad

Un equipo del Museo Paleontológico de San Pedro realizó un nuevo hallazgo de gran relevancia en el yacimiento de “Campo Spósito”: el fósil de un bagre de 200.000 años. La pieza, parte del cráneo del pez, fue descubierta durante tareas de muestreo en el Bajo del Tala que realizaban  José Luis Aguilar (Director del Museo Paleontológico de San Pedro), la Dra. Analía Forasiepi (IANIGLA-CONICET) y el Sr. Damián Voglino (el primero en observar el fósil en el terreno),  Este nuevo descubrimiento refuerza la teoría de que la zona fue un río prehistórico, lo que abre nuevas perspectivas para comprender la fauna y el ecosistema de la región durante el Pleistoceno medio. El pequeño hueso, de apenas 2 centímetros, proporciona valiosa información sobre las características del curso de agua y las especies que lo habitaban.

Descubren en el río el cráneo de un delfín que vivió hace 5 mil años


Damián Crispien y Pablo Silva, dos pescadores de la zona, pescaron el cráneo de un delfín de 5.000 años de antigüedad en el río Paraná. 

 La pieza hallada por Crispien y Silva se conserva en perfecto estado, como si el cetáceo hubiera muerto hace apenas unas semanas. Es un cráneo de casi 60 cm de longitud y unos 35 cm de ancho. 

Es un registro extremadamente valioso, tanto por el animal del que se trata como por el lugar donde fue encontrado. 


Damián Crispien (izq.) y Pablo Silva (der.) autores del hallazgo, con el cráneo de delfín recuperado en San Pedro

El material corresponde a un delfín “nariz de botella” (Tursiops truncatus), muy conocido por todos porque es la especie más cercana al hombre y se la puede ver en muchos acuarios del mundo. Su nombre común proviene de su particular nariz en forma de bulbo.

Este cráneo fue pescado en el riacho Baradero, en un sector conocido como “Bajo del Tala”, partido de San Pedro; un sitio a unos 400 kilómetros tierra adentro del litoral marítimo actual. 

Durante la última ingresión marina al continente, ocurrida durante el Holoceno, entre unos 7.000 y 3.500 años atrás, el mar ingresó por el Río de la Plata y ocupando el cauce del río Paraná, fue inundando todos los sectores bajos hasta pasando Rosario. Debido a esto, en ciertas ocasiones, suelen aparecer restos de diferentes animales que habitaron aquel ecosistema de estuario.


UN DEFÍN DE 5.000 AÑOS

Para la clasificación del ejemplar, el Museo Paleontológico de San Pedro contó con la participación del Dr. Sergio Bogan, de la División Ictiología del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” (MACN-CONICET) y el Dr. Sergio Lucero, de la División Mastozoología; de la misma institución científica.

Los especialistas coincidieron en clasificar a este antiguo delfín dentro del género Tursiops, un animal al que en la actualidad se lo encuentra en diferentes regiones del planeta, habitando zonas costeras y amplios estuarios; frecuenta ambientes tranquilos similares a los que se formaron en el delta del Paraná inferior durante la ingresión marina del Holoceno.

Desde la Dirección del Museo Paleontológico de San Pedro, José Luis Aguilar, explica detalles de este hallazgo histórico: “El primer contacto con el descubrimiento de los dos pescadores nos llegó de parte de Nicolás Crispien, operador de la radio local y primo de Damián, solicitando colaboración del museo para identificar `algo` que los dos amigos acababan de sacar del río. Cuando vi la imagen del cráneo no lo podía creer. Un cráneo de delfín no se saca todos los días del fondo del río!!” 

Y continúa: “Este hallazgo, es el primer registro de delfines para el norte de la provincia de Buenos Aires y sur de Entre Ríos vinculado a la última entrada del mar al continente. En otras oportunidades hemos recuperado restos de aquella ingresión en nuestra zona: conchillas, ostras…hasta restos de una antigua playa marina. En ciertas ocasiones han aparecido restos fragmentados de ballenas. Pero nunca el cráneo completo de un delfín. 

Es un ejemplar sumamente conservado y brindará una excelente oportunidad para estudiar otra de las especies marinas que se adentraron al continente en aquel evento global. Con anterioridad, se han fechado muestras de vertebrados marinos en localidades vecinas, como Baradero y Ramallo, que han arrojado antigüedades que van desde los 5.000 a los 6.000 años. El estado de la pieza recuperada y sus  características de conservación nos permiten inferir que este material proviene del mismo rango temporal.

El museo de San Pedro posee una sala dedicada a la exhibición de los materiales marinos hallados en la zona, por lo que el descubrimiento de Crispien y Silva pasará a tener un lugar destacado en la difusión de ese importantísimo evento climático que alteró el paisaje de la región durante algunos milenios y configuró, en parte, la fisonomía de las barrancas del norte bonaerense”.