El Intendente Cecilio Salazar salió al cruce de la Sociedad Rural de San Pedro, acusando a sus dirigentes de "desviar la atención de los verdaderos problemas que enfrenta el sector agrícola".
Las declaraciones del Intendente surgen en respuesta a las críticas de la entidad rural sobre los recientes aumentos de impuestos municipales.
En un comunicado, Salazar afirmó que la Sociedad Rural se centra en los aumentos impositivos locales mientras ignora la carga tributaria impuesta por el gobierno nacional, que representa la mayor parte de los costos para los productores. Además, el Intendente acusó a la entidad de tener una visión sesgada y de no reconocer los beneficios que el sector obtiene de las políticas gubernamentales.
"La Sociedad Rural es rápida en señalar con el dedo a los gobiernos provincial y municipal, pero parece olvidar el papel fundamental que juega el gobierno nacional en la configuración de las políticas agrícolas", declaró Salazar. "Su indignación selectiva es hipócrita y no refleja las complejas realidades que enfrenta nuestra comunidad".
Este es el texto completo:
"Pareciera ser que la cúpula de la Sociedad Rural de San Pedro, que tanto reclama silencios cómplices, solo focaliza las críticas en las figuras del Gobernador de la Provincia de Buenos Aires y el Intendente Municipal. Se olvidan o esconden al Gobierno Nacional. Según el informe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), a diciembre del presente año, el 94,70 % de la carga impositiva del sector agrícola son impuestos nacionales, de los cuales solo el 27,20 % es coparticipable; o sea, algo recibimos, compartiendo entre todos los partidos de la provincia. Sin embargo, esto alcanza escasamente a cubrir el 47 % de los recursos que el municipio destina al sostenimiento del sistema de salud municipal.
En un año, desde diciembre de 2023 a 2024, la Escuela Austriaca, que tanto pregonaba el agobiante peso del Estado, señala: “El Estado se queda con $64,30 de cada $100 de renta agrícola, lo que representa un aumento de 5,4 puntos porcentuales respecto a diciembre de 2023. Esto se debe principalmente a la caída de precios internacionales y al menor efecto del dólar exportador, más conocido como dólar blend”, según el mismo informe de la Fundación, que precisamente marxistas no tiene en su conformación.
Nunca los hemos visto tan rápidos de lengua como para repudiar la llegada del Gobernador a un acto que enaltece la gesta de Obligado, quien fue elegido por el 45 % de todos los bonaerenses. Esto hace honor a vuestra larga trayectoria de falta de respeto a la voluntad del pueblo argentino.
No los escuchamos con los acostumbrados bandos reclamando que la provincia, la del suelo que los bendice con su trabajo, genere más de la mitad de la riqueza del país y solo perciba el 20 % de los impuestos que el gobierno de las fuerzas del cielo les cobra. Además, este año ha limado más del 18 % de esos recursos en términos constantes, que tendrían que estar destinados a apoyar a todos los bonaerenses y a sus productores.
Siguiendo la lógica del hipnotismo que plantean, si nuestros antepasados hubiesen tenido la visión tan localista, por no decir sectaria y xenófoba, que perfeccionan a un nivel lamentable, nuestros tanos, vascos, baleares, irlandeses, gallegos y tantas otras colectividades que nos enorgullecen, esos que vinieron solamente con sus manos, esas de una atrás y otra adelante para forjar con su esfuerzo el pan y sus familias, seguramente no existirían. No los pondríamos en alto como nuestra herencia. En cambio, estaría vuestra mirada tan chiquitita, que plasma la verdadera “decadencia” de ir en contra del espíritu de nuestra nación.
Entendemos que en la historia lo prescripto por nuestra Constitución Nacional no ha sido norte de la dirigencia de la sociedad que representan. Han estado al lado de cuantos la han quebrantado para torcer la voluntad popular. Se lo recordamos: “promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino”. Si tan amplia es para los habitantes del mundo, cuánto más debería ser para otro argentino. ¿O acaso se alcanza la aptitud o la capacidad de acuerdo al lugar en donde nacemos? Seguramente podrían mirarse al ombligo, hacer el mapa de la comisión de la entidad que representan y autoexigirse terruño.
Los oficialismos esgrimidos seguramente son gastados a fuerza de votos de los habitantes del partido en las urnas. ¿Uds. están seguros de representar a todos los sampedrinos que encuentran en la labor de la tierra hacernos grandes? Podrían mostrar el escrutinio de cuántos los han votado para emitir anatemas de decadencia, de reclamar a los elegidos en comicios de participación popular. En su caso, seguramente los votantes de las diferentes opciones disponibles cada dos años son soberanos de premiar o castigar. Y no lo entienden, están presos de las logias, de las mesas de café y las tertulias tempraneras, mientras los que agachan el lomo y transpiran son otros.
A la mentira y la difamación se les puede oponer la realidad, la única verdad. Por ahí algún encumbrado representante de la benemérita Sociedad Rural se puede poner “colorado” de pedir exenciones de tributos municipales como “populista”, pero reclama el incremento como “oligarca”. A veces, la mayor miseria está en el que más tiene.
El mismo informe señala que la carga impositiva promedio es del 4,7 % en impuestos provinciales y un 0,6 % en tributos municipales. Esta agobiante presión se olvida de quién se queda con el 95 % del justo ingreso que generan. No lo dejamos de reconocer, pero son tuertos con quien usufructúa de vuestro trabajo, que no es precisamente el Estado provincial, y menos el municipal.
Nos pone muy contentos que puedan aportar 70 millones de dólares “solo en tres rubros –soja, trigo y maíz”. Pero les informamos que de esa brutal suma han pagado en concepto de tasas por red vial U$S 173.355, casi una bicoca, lo que representa una carga impositiva del 0,0025 %. Nos permitimos solicitarles que hagan un esfuercito en volver al histórico 85 % de cobrabilidad, ya que en lo que va del año escasamente superamos el 60 %.
También, en base al monto de aporte que manifiestan, a lo mejor deberían afinar las declaraciones juradas, porque el Ministerio de Economía de la Provincia de Buenos Aires no verifica ese volumen. Declaren o mientan menos; no les cierra el blanco.
Y en esa visión sesgada, cerealista y complacida de las medidas del gobierno nacional, seguramente algún productor vecino de frutas, viverista o tal vez productor de batatas les podrá contar que han dejado de poder exportar porque ya no compiten.
¿Cómo era eso de olvidarse del problema del otro? Lamentablemente, las actividades que hoy sufren generan una movilidad social importante, trabajo de vecinos de San Pedro. Uds. cuentan millones de dólares en aportes; nos permitimos preguntarles: ¿en máquinas chinas, brasileras o australianas van a invertir? ¿El problema de la caída del 50 % de la producción de maquinarias de industria argentina también es problema del otro? La movilidad social y el trabajo van a estar lejos, muy lejos. Todos nosotros acá, y el problema va a ser de todos.
No desconocemos que aportan a la economía local, pero señalamos que si tuvieran un campo y produjeran en Baradero, por ejemplo, pagarían el doble por hectárea anualmente y deberían aportar para mantener la mitad de kilómetros de red vial que tiene nuestro partido. Envidiamos el estado de la red vial del partido vecino, pero más el nivel de ingreso que no tenemos.
Seguramente no aceptarían vender una tonelada de una zafra al 6 % de su costo de producción. El Municipio no puede mantener las conexiones secundarias rurales con dos litros de gasoil al año por hectárea.
Señalan aumentos desmedidos de las tasas y estamos un 40 % por debajo, en el mejor de los casos, de los partidos vecinos. Ramallo, con un volumen superior a nuestro promedio, propone un 150 % de incremento, y otra vez con la mitad de extensión de red vial rural.
Creemos firmemente que estos discursos están muy lejos de darle calidad a la discusión, ya sea sectorial o ideológica. Forman parte del pasado que hace años dimos por terminado, aunque aún persiste el dolor de los que nos los arrebataron. El odio no construye, no siembra. Tienen la misma obligación que cualquier vecino del barrio más humilde de nuestro partido. No es un ataque al esfuerzo que realizan; es progresividad de esfuerzo para contribuir al bien común.
Este mensaje no representa a todos los que trabajamos por un país más justo, aun en el disenso, pero entendiendo que la crisis o nos une y nos fortalece en conjunto, o se profundiza en ambiciones egoístas".