El Archivo de Documentación Histórica del Museo Paleontológico acaba de recibir un conjunto de más de 60 fotografías inéditas que muestran la gran logística de medios, maquinarias y personal, desplegados durante los trabajos impulsados por la empresa “Lechiguanas S.A.”, en las islas del mismo nombre durante la década del 70.
Este grupo de fotografías fue tomado por el Sr. Hugo Verdón, quien por aquellos años trabajó en el montaje mecánico de las estructuras que se colocaron en ese sector de islas frente a San Pedro, con el objetivo de construir un polo agrícola de gran envergadura.
En las fotos se puede ver al buque “Inagua Sound”, embarcación de carga con proa rebatible encargada del traslado de grúas y maquinarias pesadas desde Estados Unidos; a los transportes anfibios para movimiento de personal en la zona de islas; el helicóptero con flotadores usado para traslados generales; los trabajos de canalización realizados por la empresa; las bombas de gran caudal instaladas en dichos canales; la barcaza “Lechiguanas Guazú”, encargada del movimiento de materiales y muchas otras imágenes de aquel emprendimiento que terminó con la gran crecida del río Paraná en 1982/83, destruyéndolo todo.
Hugo Verdón nos cuenta parte de su experiencia en aquel emprendimiento: “La empresa Lechiguanas S.A., de capitales norteamericanos, intentó delimitar unas 55.000 hectáreas en la zona de islas del mismo nombre, para lo cual construyó un canal perimetral de 24 m de ancho por 4 m de profundidad. La tierra extraída se colocaba en un lateral del canal formando un terraplén de unos 7 m de altura. Se excavaron canales transversales cada 1.500 m en cuyas puntas se instalaron compuertas para mantener un nivel de agua constante en el canal perimetral. Tarea que realizaban 5 bombas de gran tamaño ubicadas estratégicamente.
Se trabajaba con guinches excavadores de gran porte, maquinaria vial, tractores, maquinas anfibias y diferentes vehículos de transporte. Hasta se construyó una pista de aterrizaje para el movimiento de personal.
Yo ingresé a trabajar con 18 años, en 1971. Fui ayudante de máquina y mi tarea era limpiar, engrasar y controlar los fluidos de la máquina. Además, hacía la comida para el maquinista y para mí. Pasado un tiempo llegué a manejar alguna máquina y luego pasé al taller de mantenimiento.
En el taller se hacían reparaciones de todo tipo y su depósito o pañol, tenía repuestos que venían directamente de EE.UU. Estas piezas eran inspeccionadas y liberadas por personal de Aduana en la misma isla.
Trabajé dos años en los que recibí muy buen sueldo, metiendo muchas horas en la quincena. Dejé en diciembre de 1972, pues debí presentarme al servicio militar obligatorio”.